El proyecto tuvo por objetivos estudiar la evolución de la representación simbólica de objetos (RSO), específicamente cómo el niño logra representar un objeto sin tenerlo a la vista y su capacidad de razonamiento, entre los 4 y 8 años, y así contribuir al conocimiento del desarrollo de la RSO para una muestra montevideana de diferentes contextos socioculturales. La representación de objetos evoluciona a lo largo del desarrollo ontogenético pasando por tres fases: (1) no representación del objeto, (2) representación con una parte del cuerpo y (3) representación simbólica propiamente dicha. En base a esto, se planteó realizar inferencias sobre la secuencia de desarrollo de la representación simbólica, considerando las influencias de los diferentes contextos socio-económicos y analizar la correlación del desempeño en la imitación de gestos (Tarea de Pantomima) y el nivel de inteligencia (Test Breve de Inteligencia K-BIT). Los resultados indican que la representación simbólica evoluciona con la edad, comienza con la imposibilidad de representar, luego hacia representaciones con una parte del cuerpo (RPC), finalizando en representaciones con objetos imaginarios (ROI) en ambos contextos socio-culturales. A su vez, las representaciones de objetos cuya acción recae sobre el propio cuerpo (autodirigidos) resulta más fácil a los niños que la representación de objetos cuya acción recae sobre el mundo (heterodirigidos), lo que concuerda con la literatura previa. Se observó que aquellos niños de escuelas de nivel socio-educativo (NSE) medio mostraron resultados más altos que los niños de NSE bajo. Al introducir el nivel de vocabulario expresivo como covariable las diferencias por quintil dejaron de ser significativas. Nuestros datos muestran que el quintil de la escuela tiene peso dependiendo del momento evolutivo, con mayor incidencia en momentos más tempranos del desarrollo.